Mi Alter ego y Yo somos 3 – Toma 7

Vender a mi querida 3 no creáis que resulta ninguna tontería. Antes de que me abandonen mis némesis, yo, a esos dos petardos les saco partido. ¡Menudo soy yo! El beneficio, ya sabéis donde va a ir a parar… Exactamente: Entre candilejas. ¡Bingo! Todo por la patria. Si no es “The day of Destiny”, será otra pieza. Sepan vuesas mercedes que tengo más, y por pares, atesoradas a buen recaudo dentro de mi Arca de Noé.

Una movida como la de vender a la 3 no sería ni más ni menos rocambolesca que la que ya montó en su día Sotheby’s triturando el “Girl with Balloon” después de alcanzar £1 millón por una obra que salió a subasta con un valor estimado de 2 a 4 mil libras. ¿Sabéis que tres años más tarde, el Banksy triturado –reciclado para entonces como “Love is in the Bin”– retornó al circuito de la subasta y alcanzó los 25 millones de dólares? ¡No me jodas! ¿Luz de gas o Luces de Bohemia? Ya es que te cagas, lorito. Si mi denostado Warhol y mi querido marchante, Leo Castelli (Krausz; como la madre de mi bisabuela) levantaran la cabeza… se considerarían nada más que una pareja de amateurs pedestres con el rollo aquel sesentero del Pop Art.

Os lo digo en serio, si este tejemaneje de vender a la 3 se toma por el lado positivo y nítidamente realista, en casa seríamos menos, gastaríamos menos, comeríamos más y el cuarto de baño se podría liberar bastante. Alterio lo pisa poco y yo, a no ser que me de por refugiarme diarreico en la taza y con mucho Valor en la faltriquera ventral… lo mío es un duchazo al vuelo y para de contar.

Pensándolo bien, lo único malo de todo esto es que si me echo pa’lante, vendo ahora a la 3 por cuatro perras y luego llega a alcanzar tropecientos mil pavos en el mafioseo del circo de la subasta revendutera, puff… me pego un tiro… de mierda; en la mismísima sien. Bueno, de esa guisa ya me convertiría en uno de esos artistas cadáveres que a tres bandas dan pena y huelen pavorosamente mal. Louvre o no Louvre, seriamente me pregunto: ¿será ese el olor de la eternidad… así de rancio? Qué asco.

Dónde quedó aquello que tan poéticamente dictaminó el gran Maître Pierre Cornette de Saint Cyr, commissaire-priseur de la Ville de Paris… (me atrevo a traducir por una vez): “Los artistas son la luz del mundo, son nuestros guías, a la par espiritual y sabios; son ellos la dignidad de la humanidad… La luz en el arte, como nos lo muestra Jean Paul Leon, nos guiará hacia la inteligencia”.

Qué follón este, tan macabro, y tan enternecedor por otro lado, caro Leonardo. Con tu Mona Lisa de fondo, Madame Lizzie Boublie, comisaria de tu Museo del Louvre, a corazón abierto escribió sobre “Héritage”… «Jean Paul Leon a su trouver un style personnel à travers une très riche palette de couleurs et de motifs composés suivant son inspiration et l’adaptation aux personnalités souvent connues et identifiables par tous. Les qualités esthétiques des œuvres sont indéniables, et l’originalité comme la variété des inventions en font à la fois un ensemble esthétique et une œuvre de méditation peut-être même propice au recueillement et à la prière. »

A: –¡Toma ya, Asterix! Cuando Panoramix se entere, cambia la pócima. Se van a enterar.

Al final… ¿será que mis lienzos, mi teatro de vanguardia participativa, mis desvaríos plasmados en celuloide repletos de tintes autobiográficos como aquellas paridas de arte y ensayo sufridas en nuestros años mozos… In illo tempore… cuando las matemáticas eran para los de Ciencias y Griego-y-Latín para los de Letras…

Perdón, perdón. Lo siento. Se ve que con los efluvios de François Premier y René Goscinny erizándome el cogote, me quedé dormido. La ensoñación parisina pudo conmigo.

Un ronquido feroz me despertó. En el dintel del duermevela –ese que vuela– a tanto tiempo turbio, la quijotada acecha.

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